En el corazón de León, donde la piel ha sido parte de la vida cotidiana durante generaciones, nació Nura.

Nuestra historia comienza hace más de cien años, cuando la familia que hoy da vida a Nura comenzó a curtir piel con las manos, con la vista, con el olfato… con el alma. Esa herencia, cuidada por generaciones, sigue viva en nuestra tenería propia, donde aún se respira el respeto por el oficio.

Pero Nura no mira solo hacia atrás. Desde hace más de dos décadas, esa tradición se transforma en piezas de mobiliario y acentos decorativos que celebran el lujo más íntimo y auténtico: el que nace de lo natural, lo imperfectamente perfecto, lo hecho a mano.

En cada pieza, la piel es protagonista. No como simple material, sino como un lienzo vivo que conserva marcas, texturas y memorias. Nuestros muebles no buscan parecerse entre sí, porque cada uno lleva impreso un carácter único, irrepetible.

Creemos que el verdadero lujo está en la calma, en lo orgánico, en lo que toma tiempo. Y por eso, en Nura, no fabricamos. Creamos. Cada objeto es una declaración de paciencia, belleza y respeto por lo que somos: una casa donde el diseño honra la raíz artesanal de México.